En el capítulo 11 de Yo soy el que Manda:
Las personas presentes presumen de lo bien que la Señora Sabtacruz trata a Helena y cuánto la valora, mencionando la cara que es la esfera para la firma de contrato con Helena. Sin embargo, Cristónbal no presta atención a nadie y a nada, y dice que si él quisiera, la Señora Santacruz le regalaría todo. Otra vez, es brulado por todos.