Alba Gómez donó su fortuna al príncipe heredero, Carlos Quijas, quien le prometió convertirla en su única esposa. Pero al regresar, él y su padre le arrebataron el título y se lo dieron a su media hermana. Alba rompió con todo, ayudó a su madre a divorciarse y compró con oro el puesto de esposa del príncipe, Fernando Quijas. Desde entonces, juró vengarse.