En Demasiado tarde para el amor: 15 días tras un aborto, Iris y Benjamin eran la pareja ideal—el sueño de relación para todos, y además forrados de dinero. Pasaron de ser novios en la universidad a casarse, y él incluso le dio un riñón para salvarle la vida, jurando amarla para siempre. Pero en su tercer año de matrimonio, Benjamin ya andaba con su amante a plena vista, sin vergüenza alguna.
Deshecha y harta de sus tonterías, Iris estableció una "cuenta regresiva de 15 días" y planeó en silencio su divorcio y escape. Pero sus patéticas mentiras y el descaro de la amante la llevaron al límite—perdió al bebé. Completamente rota, finalmente se fue, sola.
Benjamin no tenía idea de cuánto la había lastimado hasta que ella se fue. Ahí comenzó su brutal "gira de redención"—ya sabes, cuando alguien la riega feo y luego suplica perdón, pero ya es demasiado tarde. Ofreció una recompensa mundial para encontrarla, pero Iris lo superó en cada movimiento. Su carrera y reputación? Desaparecieron en un instante. Incluso después de dejar a la amante, arrodillarse para pedir clemencia y recibir una puñalada por Iris (terminando gravemente herido), no logró derretir su frío corazón. Al final, solo pudo observar—solo y lleno de arrepentimiento—mientras ella construía una nueva y feliz vida. Y ahí lo entendió: "El amor tardío no vale nada"—el afecto que llega tarde? Es totalmente inútil.