El antiguo Gran Mariscal del ejército imperial había dejado las armas cumpliendo los últimos deseos de sus padres, y se casó con una mujer conocida por su valentía y ambición. Ella soñaba con la gloria en el campo de batalla y, antes de irse, él le regaló una lanza legendaria, forjada con hierro frío de mil años.
Tres años después, vuelve vestida con una armadura plateada, embarazada y agarrada de la mano de otro hombre. Le entrega una carta de divorcio y declara: ""Mi marido tiene que ser un héroe de verdad, no un académico débil y sin fuerza.""
Sin saberlo, el hombre que menospreciaba era en realidad el guardián del imperio. Cuando se vuelve a poner su armadura de mariscal y toma su arma legendaria, ella finalmente se da cuenta de quién es realmente el hombre al que había despreciado.