Películas con Estado de Ánimo Sentimental

Tras perder a su bebé, Seraphina Morgan es manipulada para pasar una noche con Phil Grant, el hombre más rico de Jiggo. Al quedar embarazada, es llevada a casa de Phil. Con el tiempo, él empieza a descubrir la verdad. ¿La tratará con respeto? Y la desconsolada Seraphina, ¿cómo afrontará esta complicada relación?

Desde joven, Bailee fue prometida al adinerado Dante. Sin embargo, él no la amaba y, en su noche de bodas, se marchó a estudiar al extranjero por tres años. Para vengarse, Bailee tomó un amante, un hombre al que creía insignificante. Pero con el regreso de Dante, planeaba terminar su aventura. Mientras tanto, Bailee se entera de que el mariscal del país volvió del extranjero hace justo tres años. ¿Será el mariscal el amante que ha estado manteniendo todo este tiempo?

Sadie siempre ha sido buena, pero se enamora de Ethan, el rival de su hermana. Para complacerlo, viven muchos encuentros secretos y escandalosos. Tras un apasionado viaje de campamento, Sadie descubre la terrible verdad: el amor de Ethan era un plan de venganza contra su hermana. Con el corazón roto, toma la dolorosa decisión de marcharse.

En su vida anterior, Stella confundió a Isaac con su salvador y, por gratitud, aceptó casarse con él. Sin que ella lo supiera, el verdadero héroe, Adrián, perdió la memoria en un accidente y se convirtió en su guardaespaldas, protegiéndola en silencio. No fue hasta sus últimos momentos que Stella descubrió la verdad: el corazón de Isaac le pertenecía a su hermanastra, Ivy. Este par de desalmados no solo tejió una red de mentiras, sino que también conspiró meticulosamente en su contra. Stella murió con el corazón lleno de resentimiento. Sin embargo, el destino le concedió una segunda oportunidad...

Cindy Sutton parece la compañera sumisa perfecta para Winston Scott, pero en secreto, ejecuta una meticulosa venganza. Cuando regresa la prometida de Winston, Chloe Ashwood, se desata un peligroso juego de poder, traición y corazones trasplantados. Todos intentan controlar a los demás, pero caen en la trampa de otro.

Ella lo ama durante cinco años, creyendo que su obediencia podría derretir su frío corazón. Pero cuando su prometida regresa, él la deja sin saber que ella padece una enfermedad terminal. Cuando finalmente decide marcharse, él enloquece y comienza a perseguirla desesperadamente...

Hace cinco años, el CEO ciego y paralizado fue abandonado por su familia, pero ella se quedó a su lado fielmente. Se enamoraron. Sin embargo, después de un accidente de coche, ella desapareció de repente, y milagrosamente, la visión del CEO se restauró. Desde entonces, él ha estado buscándola.

Cuando el amor alcanzó su punto más alto, la muerte se la arrebató sin piedad. Él, con una fortuna que podría comprar el mundo, eligió destruirlo todo, incluso a sí mismo, para estar con ella. Pero el destino, caprichoso y cruel, la devuelve a los años en los que lo odiaba con todo su ser. Ahora, él, con una sonrisa cargada de obsesión, declara —¿Un divorcio? Solo el día que deje de respirar.

Un estricto y abstemio CEO descubre que, debido a una rara condición, no vivirá más allá de los treinta. Por casualidad, se entera de que una estudiante universitaria pobre es la única que puede curarlo. Desesperado por sobrevivir, la obliga a casarse. Con el tiempo, ella se enamora de él y se sacrifica para salvar su vida. Creyendo que murió en el proceso, él queda devastado. Pero siete años después, el destino la trae de vuelta a su vida—ciega y con un hijo.

Durante siete años de matrimonio en secreto, Isela Torres jamás había cargado a su hija Ana... hasta esta noche. La pequeña, de cinco años, estaba más emocionada que nunca, pero Carlos Serrano conocía bien la verdad: la alegría de Isela no era por su hija, sino porque el amor de su vida había regresado. Isela nunca amó a Ana. Tampoco lo amó a él. Seis años atrás, cuando la persona a quien Isela amaba desapareció de su vida, ella reaccionó impulsivamente y se casó con Carlos. Desde entonces, vivió como una sombra: distante, ausente, ajena a su propia familia. Jamás se involucró en la crianza de Ana. Incluso le prohibía llamarla "mamá". El día que Ana la vio cuidar con ternura a la hija de aquel viejo amor, comprendió por fin cuál era su lugar en el corazón de su madre. Fue entonces cuando dejó de esperar... y decidió marcharse.