Natasha se casa con Jaxon para poder pagar las facturas médicas de su mamá. El abuelo de Jaxon le ofreció un contrato para ser la esposa de Jaxon. Mientras que los dos empezaron felizmente su matrimonio, las cosas se torcieron cuando engañaron a Jaxon para que creyera que Isabella lo salvó. Empieza a estar resentido hacia Natasha, quien se harta por fin cuando Isabella intenta incriminarla y sabotear su embarazo. Natasha se divorcia de Jaxon, quien está convencido de que le es una infiel y que lo único que le interesaba era su dinero. Al final, Jaxon descubre que todo lo que sabía sobre Natasha estaba equivocado y que, en realidad, ella misma es una heredera perdida. Descubre que lo amaba en verdad, y vive arrepentido intentando recuperarla.